El origen de las lesiones

14-10-2022
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Conocer el origen de la lesión significa poder determinar el motivo por el cual se produce la sintomatología

Todo efecto en nuestro cuerpo tiene su causa

Este principio de efecto-causa tenemos que tenerlo presente cuando planificamos el tratamiento

- Dónde nace el problema
- Objetivos a corto, mediano y largo plazo
- Qué medios y acciones vamos a utilizar

Causas que pueden originar la lesión

- Propias: Anatomía, descanso, alimentación
- Ajenas: Calzado, terreno, tipo y calidad del entrenamiento, acción de otra persona

Calzado
De gran importancia, indispensable tener el calzado correcto para la actividad apropiada. La amortiguación del impacto es de suma trascendencia, la suela muy adherente puede generar agarre y frenos bruscos, como así también un calzado deslizante o gastado puede provocar inestabilidad y generar tensión en los músculos pelvianos

Terreno
El análisis debe considerar la dureza, regularidad, inclinación del mismo. En quienes corren largos tramos hay que tener en cuenta la inclinación lateral siempre hacia el mismo lado, que puede provocar alteración de la base de sustentación. Las irregularidades provocan a nivel tendinoso aumento de tensiones en tobillo y pie

Tipo de elemento
Puede causar una modificación de la mecánica del gesto y aumento de trabajo de grupos musculares que antes no se utilizaban

Cantidad de carga
Grandes volúmenes de trabajo mal distribuidos pueden provocar tendinopatías. Generalmente el deportista amateur, al no tener una planificación adecuada, maneja cargas e intensidades incorrectas

Causas propias
Las asimetrías a nivel muscular generan una modificación de fuerzas, movilidad y flexibilidad entre cintura escapular y pelviana. Esta diferencia provoca disbalances dentro y fuera de las cadenas musculares

Descanso y alimentación
Es el llamado ?entrenamiento fantasma?, las actividades que se hacen fuera del entrenamiento. Influye mucho en el nivel de recuperación. La aparición de la lesión es secundaria a la alteración del movimiento, que sucede por múltiples factores propios y ajenos.

El éxito del tratamiento dependerá de elaborar una planificación que contemple todo

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¿Qué es Rehabilitar? Por Sergio Brozzi

26-01-2022
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A los que tenemos la suerte de trabajar en el deporte, muchas veces nos ponen el mote de ?el fisio es muy amigo de los jugadores?? pero, ¿Cómo no vas a acompañar a un jugador cuando se lesiona?

En esos momentos el jugador no sabe cómo va a volver, si será el mismo, si estará en el nivel previo a la lesión, el día a día es difícil, sus compañeros van a concentrar o jugar y él va al gimnasio con el kine siempre, lejos de la concentración, lleno de incertidumbre?

Considero que el lado personal y de soporte al jugador también forman parte de la rehabilitación, somos el sostén para el jugador, el que está todo los días, la persona que más ve. Tenemos que asumir ese protagonismo de una forma empática y profesional.

REHABILITAR no es solamente meter dedo o seguir protocolos de libro, es PENSAR, acompañar el proceso de la forma más prolija posible, no apurar los procesos biológicos, saber cuando variar cargas, cuando cambiar un ejercicio, ser pedagógico! Eso es rehabilitar?.

Lic. Sergio Brozzi

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Lesiones musculares

08-08-2016
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Este tipo de lesiones, que si bien se da entre deportistas profesionales, afecta con mayor frecuencia a quienes sólo practican actividades físicas en forma ocasional, por lo que resulta importante tener en cuenta qué hacer frente a este tipo de lesión.

Los músculos son tejidos que se distinguen por su capacidad para estirarse y contraerse, y cuyas células, de forma alargada, se agrupan para formar fibras o fibrillas. A su vez, dichas estructuras se unen en fascículos, y varios de éstos son los que en última instancia constituyen al vientre o cuerpo muscular.

Gracias a esta constitución anatómica pueden actuar como "cuerdas" de notable resistencia que "tiran" de los huesos, cartílagos, articulaciones u otras estructuras, a fin de hacer posibles los miles de movimientos con que desempeñamos nuestras actividades: caminar, comer, conducir un automóvil, interpretar música con un instrumento, hacer arreglos en el hogar o utilizar la computadora.

Realizar ejercicio físico nos permite darle acondicionamiento y fortaleza, pero también se pueden desencadenar lesiones musculares.

Tipos de lesiones musculares

* Desgarro. Se debe a un esfuerzo que excede las posibilidades del músculo para responder adecuadamente: las fibras se estiran más de lo que pueden y, como consecuencia, sufren una contracción rápida, violenta y dolorosa en cuanto se detiene la actividad física. Suele suceder por falta de calentamiento antes de practicar deporte, adoptar posiciones incómodas, levantar objetos pesados, entrenamiento excesivo y forzar a un músculo cansado o ya contracturado. En palabras simples, el desgarro es una rotura de la fibra muscular, ocasionada por una contracción o un esfuerzo brusco que sobrepasa la resistencia del músculo y lesiona las fibras musculares. Esta ruptura provoca un sangrado intramuscular que puede formar un hematoma y moretones en la zona afectada

* Contractura. Se produce porque los músculos se contraen en forma involuntaria y persistente, generando zonas de mayor dureza (nódulos) que se reconocen al tacto. Es dolorosa, aunque no reviste gravedad, y se debe a causas tan diversas como temperaturas extremas, esfuerzos físicos inusuales y estrés.

* Calambre. Es una contracción súbita, involuntaria y breve de las fibras musculares, que por lo general se relaciona con la deshidratación, mala circulación sanguínea o falta de minerales como sodio, potasio y magnesio. El calambre por lo general permite continuar con la actividad, elongación mediante. Es importante chequear si los calambres se repiten con asiduidad.

Características del desgarro muscular

En el desgarro se produce una pérdida de continuidad del tejido muscular o de fibras musculares y que va desde sólo dolor localizado, hasta presencia de dolor agudo. También puede ir acompañado de inflamación, hematoma, impotencia funcional y deformación estructural.

El desgarro lo podemos clasificar según su tamaño y las estructuras involucradas. Encontramos, por ejemplo, el desgarro miofacial, que sólo afecta la membrana que cubre el músculo y el fibrilar, que afecta la fibra muscular.

También lo podemos clasificar según la gravedad de la lesión, pudiendo identificar tres grupos: grado 1 o leve, cuando la persona experimenta una molestia ligera y su movilidad puede que no se vea afectada; grado 2 o moderado, cuando hay dolor al tacto, hinchazón y pérdida de movilidad; y grado 3 o grave, cuando al tacto se puede apreciar un defecto o hendidura en el músculo y el dolor y perdida de movimiento es mayor que en los casos anteriores. 

Este tipo de lesión se produce generalmente en las extremidades inferiores y, con mayor frecuencia, en la parte posterior del muslo y pierna, músculos que conocemos como isquiotibiales y gemelos. 

Prevención del desgarro

La mejor forma de prevenir el desgarro pasa por tener una buena condición atlética, un buen balance muscular y por realizar un buen calentamiento antes de hacer ejercicio, y al finalizar darle los minutos suficientes a un buen trabajo de elongación. A eso se suma, además, una buena alimentación e hidratación necesaria. Para quienes realizan actividad física en forma permanente, un buen manejo de las cargas de entrenamiento es fundamental.

¿Qué debo hacer frente a un desgarro?

Al momento de desgarrarse es importante detener la práctica deportiva de inmediato, aplicar frío en la zona afectada y elevar la extremidad. Una regla para no olvidarlo es RICE  (reposo, hielo, compresión con una venda elástica y elevación). Luego, la persona debe ir al médico traumatólogo para que examine la lesión, y de ser necesario se pueden pedir estudios complementarios como ecografía o resonancia magnética.

Son muy importantes los cuidados que se tengan después de ocurrida la lesión, ya que el no cumplir con las indicaciones médicas puede provocar daños mayores. Por lo general los problemas se presentan al no cumplir con el tiempo de recuperación y se vuelve a realizar deporte, sin que el tejido esté completamente cicatrizado. En ese caso es posible que se produzca un desgarro mayor al que ya se tenía. 

Rehabilitación

La recuperación dependerá de los plazos fisiológicos, que van desde una etapa hemorrágica, pasando por una fase inflamatoria, reparativa y de remodelación. Se comienza con reposo relativo, uso de analgésicos y relajantes musculares.

La Kinesiología es muy importante debido a que evita la generación de una cicatriz de mala calidad (fibrosa) que puede impedir el correcto funcionamiento muscular y hacer que el desgarro se repita. 

Se utilizarán técnicas de fisioterapia para acelerar la recuperación, además de realizar actividades progresivas que apunten a recuperar lo antes posible las propiedades físicas y funcionales de la persona sin comprometer la buena reparación de los tejidos dañados.

Los plazos de retorno a la actividad dependerán de la severidad de la lesión, pueden ir de 10 días en el caso de un desgarro miofacial leve a 8 semanas producto de un desgarro grave.

La recidiva de los desgarros es probable si no se consiguen las propiedades elásticas después de generada la cicatriz y si no se logra un buen balance muscular.

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